Orden: Passeriformes
Familia: Turdidae
Género: Erithacus
Especie: Erithacus rubecula
El petirrojo mide entre 12 y 14 cm de longitud y pesa entre 16 y 22 g. Es un pájaro inconfundible y muy común, que se deja ver con mucha facilidad en nuestro entorno. Está muy acostumbrado a la presencia humana y es poco asustadizo. A menudo se le asocia con el invierno dado que pese a ser residente todo el año, sus poblaciones aumentan en esta época debido a las migraciones procedentes del norte de Europa.
No existe diferenciación entre el macho y la hembra, pero sí que existen diferencias entre los jóvenes y los adultos. Los petirrojos jóvenes tienen el plumaje moteado y de un color pardo grisáceo, y no presentan la típica coloración naranja de los adultos.
El petirrojo habita en terrenos arbolados, así como jardines, linderos forestales y zonas abiertas. Anida cerca del suelo, en tocones huecos, bancos de tierra, grietas, etc. Cría desde marzo hasta agosto, dos puestas de 4 a 6 huevos, de los que sobrevivirán uno o dos pollos por nidada.Se distribuye por casi toda Europa, es residente en el centro, encontrándose en verano en el norte y en invierno migrando al sur, llegando algunos ejemplares incluso a las costas africanas.
La forma y tamaño del pico de las aves a menudo nos da información sobre el tipo de dieta. En el caso del petirrojo, el pico es fino dado que se alimenta principalmente de insectos, caracoles y gusanos. Las aves que tienen el pico más grueso (como por ejemplo el verdecillo que vimos en la entrada anterior) basan su dieta en semillas y por eso necesitan tener un pico mucho más fuerte capaz de romper las semillas.
Curiosidades: En 2010, un estudio encabezado por katrin Stapput de la Universidad de Goethe (Frankfurt), demostró que los petirrojos tienen unas células muy peculiares llamadas criptocromos en su ojo derecho, que les permiten orientarse durante las migraciones. Este sistema de orientación se denomina magnetorrecepción basada en la visión, y permite a estas aves visualizar el campo magnético terrestre. Para hacernos una idea sería como una especie de brújula visual. El estudio demostró que si las aves no pueden ver por su ojo derecho, automáticamente pierden la capacidad de orientarse.
Petirrojo adulto, monte Gorbea (Vizcaya). Imagen tomada con una Canon 1100D y objetivo 75-300mm
